[Harp-L] Second review from Spain
Second review - see review below - can anyone help translate the
harmonica bits?
Harmonically yours,
Robert Bonfiglio
http://robertbonfiglio.com
COSME MARINA Servicios
Una fiestarvicios
Regresó Pablo González Bernardo a dirigir a la Orquesta Sinfónica del
Principado de Asturias (OSPA) y ofreció en sus dos conciertos a pleno
rendimiento su sorprendente madurez como director. El músico ovetense
no se refugia en territorios cómodos. Sus conciertos tienen
alicientes, tanto en el repertorio más conocido como en el
infrecuente, y en los dos ámbitos se mueve sobre tierra firme, con
los pies en el suelo. Es bien conocido su talento musical, celebrado
en certámenes de categoría internacional, que le está llevando a
realizar una carrera siempre en constante crecimiento. Hace tiempo
que dejó de ser una joven promesa para convertirse en una de las
grandes realidades de nuestra música, en uno de nuestros activos
sustanciales. Y por si hubiese algún resquicio de duda, quedó
despejado tras escuchar la sensacional versión que realizó del poema
sinfónico «Muerte y transfiguración, op. 24» de Richard Strauss.
González expuso la obra con fiereza, dejando fluir con libertad el
torrente temático del compositor germano. Fue la suya una lectura
madura, meditada y con equilibrio en su definición global. Ante su
planteamiento, la OSPA reaccionó con comodidad y precisión. Con
ambición artística.
Antes de la obra de Strauss, la primera parte del programa tuvo dos
climas contrastados. El primero de ellos, con el poco conocido entre
nosotros «Pelléas y Mélisande, op. 46», de J. Sibelius, ya demostró
cómo se puede realizar un alarde de exquisito refinamiento expresivo
dejando fluir la música de manera natural, despojada de cualquier
tipo de artificio. Como contraste, el exuberante «Concierto para
armónica» de Heitor Villa-Lobos supuso un cambio total de tercio a
través de una creación original y de exigencia virtuosa para el
solista. Un requerimiento que se vio desbordado por un fenomenal
Robert Bonfiglio, que se metió al público en el bolsillo. Dominador
de diversos registros, el músico norteamericano realizó una
exhibición que acabó en clamor, en un clima de complicidad con la
orquesta y el director y en una especie de minirrecital con cinco
propinas que el público jaleó con entusiasmo. Con tan diversas obras
se demostró la receptividad de los asistentes ante los repertorios
menos conocidos. Una velada musical sorprendente y hermosa que se
convirtió en una fiesta.
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